Antropoceno: el planeta bajo el peso de la humanidad

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“http://Corso di geologia del professore Antonio Stoppani: Geologia stratigrafica, Vol. 2, G. Bernardoni e G. Brigola, 187”

En principio, la historia geológica de nuestro planeta fue dividida en 4 grandes periodos: Primario, Secundario, Terciario y Cuaternario. Ese sistema de clasificación no convenció los primeros geólogos por su simplicidad. Al poco tiempo empezaron a dividir ulteriormente estos periodos en época; ajustando, agregando y quitando clasificaciones a medida que hicieron nuevos descubrimientos. Actualmente nos encontramos en la Era Geológica llamada Cenozoico (desde 65,5 millones de años hasta ahora), y más precisamente en el periodo que está reconocido con el nombre Antropoceno.

¿QUÉ ES EL ANTROPOCENO?

El término Antropoceno deriva desde la palabra griega anthropos= hombre + la desinencia –cene que se usa para la clasificación de las épocas geológicas, y se refiere a la época actual en la que el ser humano, por sus actividades productivas y de consumo, está afectando profundamente y de manera negativa el planeta Tierra.

Antonio Stoppani, geólogo italiano, fue el primero que, en 1873, habló de “era antropozoica” haciendo referencia a la actividad humana como nueva fuerza telúrica. Más de un siglo después, en el Programa Internacional Geosfera- Biosfera del año 2000, el biólogo estadounidense Eugene F. Stoermer y el químico holandés premio Nobel Paul Crutzen, acunaron conjuntamente el término Antropoceno.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE HABLAR DE ANTROPOCENO?

En la onda del negacionismo del presidente de los EE.UU., Donald J. Trump, sobre el cambio climático, se vuelve importante adquirir ese término y tomar conciencia del fenómeno que el mismo indica.

Datos alarmantes acerca de los efectos deletéreos debidos a la actividad antrópica fueron emitidos oficialmente por la primera vez en la Agenda 21 (literalmente “cosas que hacer durante el siglo XXI”), el programa de acción sobre el medio ambiente y el desarrollo, objeto del Summit de la Tierra que tuvo lugar en junio 1992 en Río de Janeiro. El papel fue firmado por 1.575 científicos, 99 de los cuales premios Nobel, y enviado a los jefes de gobierno de todo el mundo. En el se dispone de un cuadro general de la situación medioambiental global hasta esta época, y los principios básicos desarrollados para la sostenibilidad socio-medioambiental del planeta.

Desde ese momento, probablemente algo cambió en la percepción común de la Tierra y de su capacidad de resiliencia y absorción de los daños causados por el ser humano durante sus actividades productivas, de consumo y de vida cotidiana. Sin embargo los buenos propósitos no se han respetado de manera eficaz. Esto se demuestra por los sucesos de noviembre 2017, cuando fue emitido The Second Scientist’s Warning Ripple et al supplemental file S1 – Final. Este documento resulta muy importante esencialmente por dos motivos. La primera es que es un “ultimátum” dirigido a todo el mundo, mucho más serio que las advertencias anteriores que no produjeron cambios significativos y, los márgenes de tiempo aquí planteados se han prácticamente reducido a cero. Respecto a esto, recuerden la decisión tomada por el presidente D. J. Trump de sacar los EE.UU. (uno de los países menos sostenibles del planeta) del Acuerdo de París, suscrito por 195 países en 2015. La secunda motivación es el numero de científicos co-signatarios del papel, que suman más de 15.364.

PUNTOS CLAVES DEL SECOND SCIENTIST’S WARNING

The Second Scientist’s Warning muestra a través de gráficos la marcha del planeta Tierra. Si miramos a los gráficos, empezamos a darnos cuenta de que la situación actual del planeta es critica. No obstante, un rayo de esperanza nos lo da el primer gráfico, que nos enseña los niveles decrecientes de substancias destructoras de ozono, en este caso CFC-11 – Triclorofluorometano – fluido refrigerante y utilizado también en la espectroscopia. Se trata de un dato que solo nos dice que cuando actuamos de manera decidida, podemos obtener resultados concretos y hacer cambios positivos. Lamentablemente, esto parece ser el único dato positivo. Si damos una rápida mirada a los otros gráficos, vemos que la manera en la que pescamos ya no es sostenible, el agua dulce per-cápita esta disminuyendo cada vez más, la biodiversidad esta sufriendo un duro golpe y, el cambio climático avanza sin parar. Asimismo podemos apreciar como la población humana va en aumento, aumentando proporcionalmente la de rumiantes que le acompañan, aumentando así indirectamente las emisiones del gas de efecto invernadero. Además, la revista científica Nature nos da el golpe de gracia con un articulo que publicado el día 16 de mayo, donde se nos advierte que los científicos del Global Monitoring Division, Earth System Research Laboratory de la estación NOAA (CO, EE.UU.) han encontrado incongruencias en los niveles de CFC-11. De hecho, se ha observado un importante aumento de emisiones de ese producto después de 2012, pero dicho crecimiento pero no está en linea con procesos o actividades “fisiológicas” de la estratosfera. En pocas palabras, los análisis indican la probabilidad de emisiones ilegales aún no comprobadas.

BUENO, ENTONCES ESTAMOS ACABADOS…

 

Decisiones personales para reducir tu contribución al cambio climático. Imagen de S. Wynes & K. Nicholas, 2017

 

Si no actuamos, pronto será demasiado tarde para cambiar las cosas. Sin embargo, la comunidad científica está de acuerdo cuando afirma que todos tenemos una enorme responsabilidad en el cambio: en el mismo The Second Scientist’s Warning los científicos piden a los ciudadanos de todos los países del mundo que insistan de manera decidida a sus gobiernos para pasen a la acción inmediata, puesto que la mayoría de los lideres políticos responde a la presión y a los motivos morales que suben del pueblo. Los cambios drásticos deben llegar desde políticas sociales y económicas sostenibles y, este documento nos muestra claramente 13 puntos bien articulados que los gobiernos deben de tener necesariamente en cuenta.

¿Pero qué podemos hacer nosotros en nuestra vida cotidiana? Naturalmente, reducir drásticamente el consumo per-cápita de combustibles fósiles, carne y otros recursos; recurrir a las energías renovables; y no tener a un “equipo de fútbol” de hijos.

[ref]https://www.nature.com/articles/s41586-018-0106-2[/ref]

[ref]http://Corso di geologia del professore Antonio Stoppani: Geologia stratigrafica, Vol. 2, G. Bernardoni e G. Brigola, 187[ref]3[/ref][/ref]

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