08 – Podcasts Hidden Nature – ¿Qué son los transgénicos?

Podcasts HN 2018
Temporada 1
08 – Podcasts Hidden Nature – ¿Qué son los transgénicos?
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En este octavo podcast de Hidden Nature vamos a tratar un tema principal sobre transgénicos.  En este caso os vamos a intentar explicar durante aproximadamente 30 minutos diferentes conceptos para que entiendas qué son los transgénicos y su controversia.

¿Qué son los alimentos transgénicos?

Son alimentos producidos a partir de un organismo modificado mediante ingeniería genética. A este organismo se le han incorporado genes de otro para producir unas características deseadas.

¿Que es la ingeniería genética?

Modificación genética o manipulación genética. Se trata del proceso de manipulación directa de los genes de un organismo usando la biotecnología para modificar, eliminar o duplicar los genes.

¿Qué es la biotecnología?

Aplicar la tecnología usando sistemas biológicos u organismos vivos o sus derivados para producir o modificar productos o procesos en una dirección determinada.

Es decir, aplicar la ciencia y la ingeniería sobre materiales orgánicos o inorgánicos para producir bienes y servicios mediante el uso de sistemas biológicos. Debemos aclarar, que no es lo mismo ingeniería genética que biotecnología, en la segunda se pueden usar organismos naturales, sin ninguna modificación genética.

La selección artificial ha sido nuestro recurso para mejorar las especies, aunque hoy día con la ingeniería genética podemos conseguir mayores mejoras.

La selección artificial ha sido nuestro recurso para mejorar las especies, aunque hoy día con la ingeniería genética podemos conseguir mayores mejoras.

El término, fue introducido por el ingeniero húngaro Károly Ereki, en 1919 en su libro Biotecnología en la producción cárnica y láctea de una gran explotación agropecuaria.

¿Cuales han sido los pasos hasta llegar a los alimentos transgénicos?

La mejora de las especies animales o vegetales con fin alimenticio ha sido uno de los objetivos de la humanidad desde hace siglos. Mucho antes de los descubrimientos de Darwin y Mendel, ya utilizábamos la selección artificial para mejorar determinados rasgos que nos interesasen. Por ejemplo, elegíamos tomates más grandes para volver a plantarlos y desechábamos aquellos que eran más pequeños.

La selección artificial para determinadas características han provocado una mayor variedad de organismos, aunque siempre dentro de las variaciones que naturalmente existían. Tras el descubrimiento de la reproducción sexual en los vegetales, se empezaron a realizar cruces entre organismos con diferentes géneros (1876). En 1983 se produjo la primera planta transgénica, y en 1994 se aprobó la comercialización del primer alimento modificado genéticamente, unos tomates desarrollados por Calgene a los que se les introdujo un gen que alteraba la poligalacturonasa. Esta enzima se relaciona con la maduración de estos frutos ya que causa la rotura de la lámina media de las paredes celulares, provocando ablandamiento de los tejidos y cambios en la textura del fruto. No tuvo muy buena acogida en el público, pero aún hoy día se utiliza para hacer conservas y zumos gracias a su piel blanda y la textura que dejaba en el tomate.

En la actualidad, con las mejoras en técnicas biotecnológicas y las nuevas investigaciones, podemos introducir  fragmentos de genes de otra especie que no tenga ninguna relación, con el objetivo de mejorar propiedades que por selección artificial no sería posible conseguir o se tardaría mucho más tiempo.

Las plantas cultivadas son uno de los ejemplos más recurrentes de organismos genéticamente modificados (OGM). Gracias a la ingeniería genética, en la agricultura, conseguimos aumentar los rendimientos de los cultivos, reducir los costes de producción, disminuir la cantidad de pesticidas, alterar la composición de los nutrientes y la calidad de los alimentos con el fin de aportar más beneficios.

Además, debido a la creciente necesidad de alimentos, también se han logrado avances en el desarrollo de cultivos que maduran más rápido y toleran factores estresantes para la planta que, a priori, podrían provocar su muerte, por ejemplo: la resistencia a los excesos de aluminio, salinidad, sequía u otros factores ambientales. Esto permite que crezcan en condiciones adversas, ampliando las posibilidades de cultivo en zonas donde previamente habría resultado imposible.

Aparte de la agricultura, también hay microorganismos que se modifican para poder producir medicamentos o determinadas proteínas. Como explicamos en nuestro artículo “¿De dónde viene la insulina para los diabéticos?”, al principio se utilizaba la insulina porcina debido a su similitud con la humana, pues sólo se diferencian en un aminoácido. Aunque problemas a largo plazo en pacientes tratados que rechazaban con el tiempo el tratamiento con este tipo de insulina hizo que se recurriera a otros métodos para su obtención. Por tanto mediante ingeniería genética se modificaron bacterias de E. coli con un plásmido que contenía el gen aislado de la insulina humana. De esta manera, cultivos con esta bacteria modificada permiten producir grandes cantidades de insulina sintética humana que no se diferencia en nada a la producida por humanos y no produce rechazo a largo plazo, además de ser más barata y fácil de obtener.

Producir insulina para las personas diabéticas ya no es un problema.

Producir insulina para las personas diabéticas ya no es un problema.

¿Tienen algún peligro los transgénicos?

A pesar de que los genes que se transfieren ocurren naturalmente en otras especies, hay consecuencias desconocidas que pueden alterar el estado natural de un organismo a través de la expresión de genes extraños.

Las consecuencias de las alteraciones genéticas no sólo influyen al organismo modificado, sino a su interacción con el medio y el resto de organismos con los que se relaciona. Los riesgos potenciales para la salud de los seres humanos incluyen la posibilidad de exposición a nuevos alérgenos en alimentos genéticamente modificados, así como la transferencia horizontal de genes resistentes a los antibióticos a la flora intestinal

¿Qué es la transferencia horizontal de genes?

En el proceso de modificar los sistemas biológicos con nuevos genes, normalmente la forma de seleccionarlos era mediante inserción de genes de resistencia a antibióticos. Esto hacía que estos sistemas biológicos transgénicos llegaran a la naturaleza con genes de resistencia que podían pasar a otros de su misma especie, por lo que se producía una transferencia horizontal de genes. Hoy día esto se intenta evitar eliminando de las cepas finales estos genes de resistencia, algo exigido por la FDA (Food and Drug Administration)

Por ejemplo, esta transferencia horizontal en bacterias de la microbiota del suelo o de la microbiota intestinal de mamíferos podrían conferir nuevas resistencia a antibióticos y afectar negativamente.

Aunque tenemos acciones a nuestro favor, que evitan esta transferencia horizontal, por ejemplo.

  • El procesado previo al consumo de los alimentos que degrada el ADN.
  • Normalmente esta transferencia no es tan efectiva ya que las propias enzimas de las bacterias degradan el ADN extraño.
  • A veces, aunque este ADN llegue a introducirse, a veces no llega a mantenerse en la lí

Al existir una remota posibilidad de que esta transferencia tenga lugar a las células del epitelio gastrointestinal, se exige la eliminación de marcadores de selección a antibióticos de las plantas transgénicas antes de su comercialización, lo que incrementa el coste de desarrollo pero elimina el riesgo de integración de ADN problemático.

Aunque no se puede negar la posibilidad de transferencia horizontal de genes entre los organismos modificados genéticamente y el resto de seres vivos con los que interaccione, en realidad, este riesgo se considera bastante bajo. La transferencia horizontal de genes ocurre naturalmente a una tasa muy baja y, en la mayoría de los casos, es incluso complejo replicarlo en el laboratorio a menos de que previamente modifiquemos al otro organismo para hacerlo más susceptible.

¿Y la transferencia vertical?

Entendemos por transferencia vertical a aquella transferencia genética que se da a lo largo de las generaciones, es decir, de padres a hijos. En contraste con la transferencia horizontal cuyos efectos eran poco problemáticos, la transferencia vertical de genes entre los organismos modificados genéticamente y los naturales o salvajes, ha demostrado poder ser un riesgo potencial. Un ejemplo se dió con peces transgénicos liberados en poblaciones silvestres de la misma especie, donde se demostró que, al cruzarse la especie salvaje con la modificada, se provocaba una reducción en la viabilidad de sus descendientes, comprometiendo su supervivencia.

¿Cómo se logra introducir ADN de otra especie en otro organismo?

A veces se emplea ADN de una especie distinta a la del organismo al que vamos a modificar, por lo que al final exponemos ADN de otro organismo al consumo humano. Esta incorporación es común a la hora de preparar alimentos. Pero a la hora de consumirlos, las cadenas de ADN quedan tan degradadas que cuando ingerimos el alimento es casi imposible encontrar ADN codificante en el alimento.

Por ejemplo la propia Agrobacterium tumefaciens es una bacteria que causa en las plantas dicotiledóneas unos tumores conocidos como “agallas” o “tumores del cuello”, que crecen en la zona donde se unen la raíz y el tallo (cuello). Muchas veces usamos esta misma bacteria modificada genéticamente para introducir en plantas los genes que queramos.

¿Existe la propiedad intelectual sobre un organismo modificado genéticamente?

Hoy día, al crear una cepa ésta se comercializa con una propiedad intelectual o patente que obligan al agricultor a pagar una serie de canon por usar el organismo. Además, impiden que las semillas de éstos organismos se usen en siguientes años, incluso intentan que el organismo sea inviable reproductivamente. Su nombre coloquial se llama Tecnología Terminator y es cuando la segunda generación del organismo es estéril, una técnica que está prohibida.

Las plantas transgénicas son protegidas de forma equivalente a la de las variedades generadas por procedimientos convencionales; este hecho necesariamente exige la posibilidad de emplear variedades protegidas para agricultura de subsistencia e investigación científica.

¿Qué dicen las organizaciones sobre los transgénicos?

La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se pronuncia respecto a los transgénicos para usarlos como finalidad en la alimentación:

Hasta la fecha, los países en los que se han introducido cultivos transgénicos en los campos no han observado daños notables para la salud o el medio ambiente. Además, los granjeros usan menos pesticidas o pesticidas menos tóxicos, reduciendo así la contaminación de los suministros de agua y los daños sobre la salud de los trabajadores, permitiendo también la vuelta a los campos de los insectos benéficos. Algunas de las preocupaciones relacionadas con el flujo de genes y la resistencia de plagas se han abordado gracias a nuevas técnicas de ingeniería genética.

Resumen de las conclusiones de “El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2003-2004” (Freen Facts)

La Organización Mundial de la Salud dice al respecto:

Los diferentes OGM (organismos genéticamente modificados) incluyen genes diferentes insertados en formas diferentes. Esto significa que cada alimento GM (genéticamente modificado) y su inocuidad deben ser evaluados individualmente, y que no es posible hacer afirmaciones generales sobre la inocuidad de todos los alimentos GM. Los alimentos GM actualmente disponibles en el mercado internacional han pasado las evaluaciones de riesgo y no es probable que presenten riesgos para la salud humana. Además, no se han demostrado efectos sobre la salud humana como resultado del consumo de dichos alimentos por la población general en los países donde fueron aprobados. El uso continuo de evaluaciones de riesgo según los principios del Codex y, donde corresponda, incluyendo el monitoreo post-comercialización, debe formar la base para evaluar la inocuidad de los alimentos GM.

20 PREGUNTAS SOBRE LOS ALIMENTOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS (GM)

 

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José Miguel Mulet (Denia, 1973) es licenciado en Química y doctor en Bioquímica y Biología Molecular por la Universitat de València. Trabaja como profesor en la Universitat Politècnica de València y como investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas. Divulgador científico y autor de los libros Los productos naturales, ¡vaya timo! (2011), Comer sin miedo (2014), Medicina sin engaños (2015) o La ciencia en la sombra (2016).

 

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