¿Puede el cambio climático traer nuevas enfermedades ocultas en el hielo?

Que el cambio climático lleva años haciéndose notar entre la población es algo que ya muy pocos pueden negar. Este calentamiento global, causado en su mayoría por un aumento de las emisiones de gases a la atmósfera, está provocando un incremento de la temperatura atmosférica y oceánica en todo el planeta. Según la Comisión Europea, la temperatura media mundial es 0,85 C superior a la de finales del siglo XIX. Los incendios, la pérdida de biodiversidad, los fenómenos meteorológicos cada vez más  en impredecibles o el derretimiento de los glaciares, son algunas de las consecuencias más visibles de este estrés térmico. Este último fenómeno, ha dejado ver una de las consecuencias más temidas para el ser humano: la aparición de enfermedades.

Glaciar Burgerbukta, Svalbard. El deshielo de los glaciares es una de las consecuencias más graves del cambio climático

Glaciar Burgerbukta, Svalbard. El deshielo de los glaciares es una de las consecuencias más graves del cambio climático

En los últimos años se ha producido la liberación de virus y bacterias, que hasta entonces habían subsistido latentes en el permafrost – la capa de suelo permanentemente congelada en las regiones polares. Se cree que virus, hasta ahora erradicados, como el de la gripe española o la viruela pueden estar congelados en el hielo de estas zonas. Este tipo de microorganismos encuentra en las capas más profundas de este permafrost un lugar frío, oscuro y sin oxígeno, es decir, un lugar idóneo para sobrevivir.

En 2014, el equipo liderado por el biólogo evolutivo Jean-Michel Claverie (Universidad de Aix-Marseille de Francia) consiguió reactivar dos virus de hace más de 30.000 años (Pithovirus sibericum y Mollivirus sibericum) descubiertos a 30 metros bajo tierra de la tundra siberiana. Por suerte, y a pesar de su gran capacidad infecciosa, estos virus sólo afectan a amebas unicelulares.

Bacteria Bacillus anthracis, causante del carbunco o ántrax en una muestra de sangre de oveja

Bacteria Bacillus anthracis, causante del carbunco o ántrax en una muestra de sangre de oveja

El peligro reside cuando las bacterias o los virus que se “despiertan” sí que son perjudiciales para la salud de personas y animales. Este es el caso de la bacteria del ántrax (Bacillus anthracis) que causó la muerte de un niño de 12 años en una población de pastores nómadas de Siberia, provocando la hospitalización de otras 20 personas más. Hacía 75 años que no se detectaba en Rusia un caso como este y se cree que la descongelación de cadáveres de renos infectados pudo ser el origen de la epidemia.  

El hallazgo de microorganismos en el hielo parece estar más a la orden del día de lo que se creía. En los últimos días ha sido compartido en el servidor de prepublicaciones “bioRxiv”, el descubrimiento de una treintena de virus congelados en el casquete de Guliya, en la parte china de la meseta tibetana. Al menos 28 de esos virus, encontrados a unos 50 metros de profundidad, eran hasta ahora desconocidos para la comunidad científica. La antigüedad de estos microorganismos iría de los 520 a los 15.000 años y se cree que pudieron quedar atrapados en el hielo cuando el clima era muy distinto al actual. Según los científicos, existe la posibilidad de que estos virus se conviertan en un riesgo para la humanidad, aunque parece que la mayoría sólo afectarían a las bacterias que cohabitan con ellos a esas profundidades.

Referencias bibliográficas:

  • Hodgkins, S. B., Tfaily, M. M., McCalley, C. K., Logan, T. A., Crill, P. M., Saleska, S. R., … & Chanton, J. P. (2014). Changes in peat chemistry associated with permafrost thaw increase greenhouse gas production. Proceedings of the National Academy of Sciences, 111(16), 5819-5824.
  • Yong, E. (2014). Giant virus resurrected from 30,000-year-old-ice. Nature News. DOI: 10.1038/nature.2014.14801
  • Zhong, Z. P., Solonenko, N. E., Li, Y. F., Gazitúa, M. C., Roux, S., Davis, M. E., … & Thompson, L. G. (2020). Glacier ice archives fifteen-thousand-year-old viruses. bioRxiv. DOI: https://doi.org/10.1101/2020.01.03.894675
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