Animales en la Historia: Vacas y toros

Bos primigenius taurus es el nombre científico de la vaca, en el caso de la hembra, y el toro, en el caso del macho. Un animal, hoy en día, muy cercano al ser humano aunque no siempre fue así.

El uro contaba con una potente cornamenta que podía alcanzar los 100 cm de longitud.

El uro contaba con una potente cornamenta que podía alcanzar los 100 cm de longitud. Fuente: Wikipedia

Su domesticación se remonta a 10.000 años atrás en Oriente Medio. La especie salvaje de la que proviene es el uro salvaje (Bos primigenius), una especie de aspecto similar a las actuales pero de mayor envergadura, con unos característicos cuernos de color blanco en su base y negro en las puntas. Durante estos años, el ganado se fue distribuyendo con los movimientos de las poblaciones, ligando cada pueblo a una raza particular. Así fue como los bóvidos domésticos se establecieron de manera permanente en Asia, Europa y África. Posteriormente, fueron exportados a América y Oceanía o introducidos de manos de los conquistadores. En la actualidad estos animales están presentes en todos los continentes y en la mayor parte de la superficie terrestre.

Existen grupos étnicos, como los fula o fulani, para los que este tipo ganado es el centro de su cultura.  Conocido como “el pueblo sin fronteras”, los fulani se extienden por todo el Sahel, desde la costa atlántica hasta el Mar Rojo. Su economía es básicamente nómada y pastoril, llegando a comercializar sus productos lácteos por toda África, y su dieta está basada principalmente en el consumo de leche y todo tipo de derivados de la misma.

La mujer fulani es la encargada de decidir la cantidad de leche destinada al autoconsumo y a la venta.

La mujer fulani es la encargada de decidir la cantidad de leche destinada al autoconsumo y a la venta. Fuente: Wikipedia

Pero es que estos animales llevan ligados al ser humano desde la Prehistoria, apareciendo en numerosas ocasiones en el arte rupestre. La mayor parte de las muestras conservadas en paredes y techos de las cuevas, sobre todo en el Paleolítico Superior, son bóvidos y équidos. Además, la aparición de algunos bóvidos en yacimientos natufienses (10.800 – 8.300 a.C.) de Israel y Mesopotamia hace pensar que la ganadería era ya algo incipiente en estas regiones.

Durante toda la historia del ser humano, toros, vacas y bueyes han estado presentes en numerosas religiones y creencias. Generalmente simbolizan la fuerza, la energía, la virilidad o incluso, la fertilidad. El culto al dios-toro  era practicado por sumerios, asirios, babilonios e hititas. En Egipto, la diosa Hathor, representada como una vaca, era la diosa del amor y la fecundidad, protectora de los recién nacidos. En la mitología clásica, existen leyendas tan conocidas como la del Minotauro, criatura medio hombre medio toro, nacida de la reina Pasífae y un toro que Poseidón había ofrecido a Minos. Para los nórdicos, la vaca primigenia Audhmla fue la encargada de alimentar a Ymir, el primer ser vivo. Pero si en una religión este culto está arraigado es en el hinduismo, donde las vacas son sagradas desde el siglo V a.C.

 

Bibliografía

  • Blazquez, J.M., Martínez-Pinna, J. (2011). Historia de las religiones antiguas: Oriente, Grecia y Roma. Editorial Cátedra.
  • Ndukwe, P. I. (1996). Fulani. New York: The Rosen Publishing Group.
  • Zeder, M.A. (2006). Documenting domestication: new genetic and archaeological paradigms. University of california Press.

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