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PreguntasHN: Convergencia evolutiva: cuando dos especies no emparentadas llegan a la misma solución

PreguntasHN: Convergencia evolutiva: cuando dos especies no emparentadas llegan a la misma solución

La revista Science publicaba a principios de año el artículo titulado “Convergent evolution of pain-inducing defensive venom components in spitting cobras”, (“Evolución convergente de los componentes del veneno defensivo que inducen dolor en las cobras escupidoras”). En él, se evaluaba la composición química del veneno de diferentes grupos de cobras.

Los resultados de este estudio arrojaron que existen diferencias significativas entre la composición del veneno de las especies de cobras escupidoras y las no escupidoras, pero, además, gracias al mismo, se descubrió que existen tres grupos diferentes de cobras que, en diferentes momentos y en lugares separados geográficamente, sufrieron un cambio en sus colmillos para poder proyectar el veneno hacia sus potenciales presas otorgándoles una ventaja evolutiva. Lo especialmente curioso es que el antepasado común de éstas no disponía de esta característica, lo que significa que las especies que actualmente cuentan con este mecanismo han conseguido desarrollarlo de manera independiente unas de las otras, pero llegando todas ellas a un mismo resultado. Este fenómeno por el cual diferentes especies logran desarrollar una misma adaptación se denomina convergencia evolutiva, y se da cuando la evolución de dos especies no emparentadas resuelven de forma similar un mismo problema que garantiza su supervivencia.Pero el de las cobras no es el único caso donde dos especies no relacionadas convergen en un rasgo común. Este es un fenómeno muy extendido que se puede dar entre grupos de animales incluso mucho más separados taxonómicamente hablando.  Uno de los más llamativos es el caso de las aves y los murciélagos, cuyo antepasado común ni siquiera tenía alas, y, sin embargo, ante la presión evolutiva, los cambios los condujeron a una misma solución, hacia el desarrollo de extremidades adaptadas (entre otras adaptaciones) que les permitieran volar. Otro ejemplo serían las aletas de las ballenas y las de los tiburones. Sin embargo, los murciélagos y ballenas, ambos pertenecientes al grupo de los mamíferos (y a pesar de sus escasas similitudes), están más relacionados entre sí de lo que pueden estarlo con las aves o los peces, respectivamente.

Frente a la convergencia evolutiva, existe el fenómeno contrario: la divergencia evolutiva, a través de la cual diferentes organismos con un mismo antecesor modifican la misma estructura de maneras muy diferentes, para cumplir con diferentes funciones. Al igual que ocurre con la convergencia evolutiva, el fenómeno de la evolución divergente no sólo se puede ver en especies altamente diferenciadas, como podría ser la evolución de las extremidades en los mamíferos a aletas, alas o patas, respectivamente, sino que también existe entre grupos mucho más cercanos taxonómicamente hablando. Uno de los ejemplos más conocidos en este sentido es la evolución de los picos de pinzones en el archipiélago de las Islas Galápagos, explicada por Charles Darwin. Su ancestro común llegó a las Islas hace dos millones de años y, desde entonces, son ya cerca de veinte especies diferentes reconocidas de pinzones, donde una de sus principales diferencias, junto con el tamaño, son las diferentes morfologías de los picos, adaptados a la disponibilidad de alimento para cada uno de los casos. De este modo, en función de su dieta, los que se alimentan de granos o semillas disponen de un pico mucho más grueso que aquellas especies que se alimentan de insectos, cuyo pico es mucho más fino. Este rasgo hace que se asemejen físicamente a otras especies de aves con las que están mucho más diferenciadas de lo que se asemejan entre ellas. Por ello, lo que supone un caso de divergencia evolutiva, si comparamos a las dos especies de pinzones, se convierte en un caso de convergencia evolutiva si comparamos independientemente a cada una de estas especies de pinzones con las otras especies de aves que han llegado a desarrollar el mismo tipo de pico.


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Autor Marta Escribano García

Bióloga con nombre de mustélido y apellido de ave paseriforme. Divulgadora Científica. Amante de la naturaleza.


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