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Bugula neritina, una especie invasora ideal para albergar otras especies invasoras

Bugula neritina, una especie invasora ideal para albergar otras especies invasoras

Bugula neritina es un organismo perteneciente al filo Briozooa que se encuentra formando parte de la comunidad adherida a superficies sólidas de multitud de hábitats, siendo verdaderamente abundante en los muelles o embarcaderos para barcos pequeños que se adentran un poco en el mar (pantalanes) de los puertos deportivos. Actualmente se desconoce su procedencia originaria, pero se piensa que probablemente la especie viene del Mediterráneo; aunque no de nuestras costas. Este organismo tiene una alimentación suspensívora, y utiliza sus tentáculos retráctiles para alimentarse de organismos microscópicos que forman parte del plancton. No es nativa de nuestras aguas siendo una de las especies invasoras más extendidas a nivel mundial, encontrándose hasta en los lugares más recónditos, a excepción de las regiones Ártica y Antártica del planeta. ¿Cómo ha podido extenderse con tanta facilidad?

La respuesta es bastante simple, este briozoo se suele transportar fácilmente en forma de larva en los barcos de carga asociada a superficies sólidas, como los cascos de los barcos (también llamado fouling), por eso es comprensible que los puntos calientes de esta especie invasora sean principalmente los puertos comerciales. Al carecer de depredadores en la zona, se pueden establecer y reproducir cómodamente sin ningún tipo de impedimento. Este organismo compite por el espacio de colonización con especies nativas, teniendo una importante ventaja debido a su alta tolerancia a contaminantes, como por ejemplo el cobre.

Ejemplar de briozoo invasor Bugula neritina, imagen obtenida de la página web Wiki commons

Ejemplar de briozoo invasor Bugula neritina, imagen obtenida de la página web Wiki commons

Se ha observado que es el sustrato ideal para multitud de macroorganismos tales como pequeños crustáceos, larvas de peces juveniles, gusanos poliquetos, ascidias, esponjas, etc. De los filos más frecuentes que se encuentran asociados a este invertebrado marino tenemos el de los crustáceos, concretamente los pertenecientes al orden Amphipoda, en el que encontramos organismos como los caprélidos o los gammáridos. Son especialmente abundantes debido a que este organismo bentónico suele servirles de hábitat a lo largo de todo su ciclo vital. Estos crustáceos tienen características que los hacen fáciles de distinguir: ausencia de caparazón, cuerpo típicamente comprimido, formaciones branquiales presentes en la base de algunos pereiópodos (patas ambulatorias de los crustáceos que se usan en ocasiones para recoger comida) u ojos sésiles. Estos pequeños crustáceos encuentran en Bugula neritina un refugio frente a los depredadores y una base para poder depredar a sus presas preferentes.

Es una especie perfecta como medio de sustento ya que cumple con los requisitos necesarios para ser un sustrato viable para los anfípodos. Tiene cuatro características que lo hacen un buen sustrato: presencia anual, elevada complejidad estructural, escasas estructuras defensivas y baja compactación. Por ello, este briozoo es un sustrato ideal para albergar una comunidad epibionte (es decir, que viven encima de ellos, sin perjudicarlos) muy diversa, pudiéndose utilizar para llevar a cabo el seguimiento temporal de las especies que se encuentran asociadas a él.

Es común encontrar muchas especies introducidas dominando en las estructuras artificiales, que eventualmente pueden acabar sobrepasando en individuos a las especies nativas que se encuentran en esa comunidad. Esto ocurre porque los pantalanes no suelen ser tratados con sustancias anti-fouling, haciéndolos nichos perfectos para que se desarrollen todo tipo de organismos bentónicos, como este invertebrado marino. Un nuevo problema surge cuando Bugula neritina sirve de nicho para múltiples especies de macroinvertebrados invasores que han llegado mediante el tráfico marítimo y que se encuentran mucho mejor adaptadas a las condiciones fisicoquímicas que se dan dentro de los puertos comerciales, acabando por desplazar a las especies nativas al ocupar los nichos que antes ellas habitaban.

Dibujo de un anfípodo gammárido donde vienen señaladas las estructuras más importantes. Imagen obtenida de la página web Wiki commons.

Dibujo de un anfípodo gammárido donde vienen señaladas las estructuras más importantes. Imagen obtenida de la página web Wiki commons.

Las especies exóticas son comunes en los puertos deportivos, ya que al aumentar la retención del agua en estos lugares se dificulta la dispersión de muchos de los organismos planctónicos, aumentando la concentración de fouling y con ello la de las especies especialmente tolerantes a estas condiciones. Las comunidades epibióticas están fuertemente influidas por las especies invasoras cosmopolitas. La temperatura es uno de los factores que afectan al crecimiento, reclutamiento y competición entre las especies nativas y las especies invasoras sin olvidar que, a causa del cambio climático, la composición de muchas de las comunidades biológicas ha cambiado de manera drástica, provocando, entre otras cosas, el incremento en las extinciones locales de especies nativas ligado a un aumento de las especies invasoras.

Entre las especies de anfípodos invasores detectadas en los puertos comerciales se encuentra Caprella scaura, un caprélido invasor procedente de la región Indo-Pacífica que se detectó por primera vez en la Península Ibérica en 2007, Paracaprella pusilla, otro caprélido foráneo procedente de las aguas tropicales de Brasil que se detectó por primera vez en las aguas europeas en 2010, o Jassa slatteryi, un gammárido invasor originario del este del Pacífico registrado por primera vez en Croacia en 1990. La gran amenaza que presentan los tres está asociada, entre otras características, a su reproducción. Muchos de los gammáridos invasores registrados se caracterizaron por una combinación de gran tamaño de cría, alta tasa fecundidad parcial, maduración temprana y una aparición de un mayor número de generaciones por año. Con estas características es inminente que desplacen a muchas de las especies de gammáridos nativos que se encuentran colonizando nuestras aguas.

La falta de medios para poder llevar a cabo un seguimiento de sus poblaciones y así constatar el impacto que ocasionan en los macrohábitats que colonizan hace que este tema no haya recibido suficiente atención en estudios anteriores, por lo que son necesarios estudios detallados que podrían ser la clave para entender el proceso de invasión. Es fundamental estudiar la relación que existe entre Bugula neritina, como organismo huésped, la fauna nativa que se encuentra asociada a ella y las especies introducidas que van llegando y estableciéndose con el paso del tiempo. Así se podría saber el impacto provocado en los hábitats que van ocupando y a partir de ahí hacer planes de conservación para poder evitar la extinción de las especies en peligro frente a esta amenaza.


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Autor María Pastor Moreno

Alumna de la Universidad de Sevilla, curiosa y que nunca para de aprender. Enamorada del mar, las invasiones biológicas y que intenta aportar su granito de arena en la divulgación.


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