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Efecto del confinamiento por COVID-19 en el medio ambiente

Efecto del confinamiento por COVID-19 en el medio ambiente

El famoso SARS-CoV2 o COVID-19 recibe las siglas ‘SARS’ porque genera un Síndrome Severo Agudo Respiratorio, y las siglas CoV porque es un virus de la familia Coronaviridae, más conocido como coronavirus. Son virus de ARN, están presentes en gran variedad de animales silvestres, y afectan a las células endoteliales, principalmente de órganos respiratorios, causando desde síntomas respiratorios leves hasta otros más graves, llegando a producir la muerte.

Partículas del virus SARS-CoV-2 vistas con el microscopio electrónico de transmisión. / NIAID (National Institute of Allergy and Infectious Diseases).

Partículas del virus SARS-CoV-2 vistas con el microscopio electrónico de transmisión. / NIAID (National Institute of Allergy and Infectious Diseases).

En el año 2007, Vincent C.C. Cheng y su equipo de investigación del departamento de Infecciones Emergentes de la Universidad de Hong Kong, publican una review en la revista ‘Clinical microbiology reviews’, en la cual reportan sobre los posibles reservorios de virus encontrados en los murciélagos herradura de China y Myanmar (Birmania). En sus conclusiones relata la siguiente frase “La presencia de un gran reservorio de virus del tipo SARS-CoV en murciélagos herradura, junto con la cultura de comer mamíferos exóticos en el Sur de China, es una BOMBA DE RELOJERÍA”.

Mapa de google de los contagios de COVID-19 a tiempo real.

Mapa de google de los contagios de COVID-19 a tiempo real.

Y la profecía llegó a hacerse realidad el 8 de diciembre del 2019, cuando se dio el primer caso de COVID-19 en Wuhan (China). Poco tiempo después, Wuhan y algunas ciudades en China acabaron siendo cerradas al tráfico aéreo, de vehículos y el movimiento de personas, confinándolos en sus hogares para retener una enfermedad, que a todas luces, ha sido mucho peor de lo que han reportado. Poco tiempo después empezaron a aparecer casos en Italia (21 de enero), España (31 de enero) y Estados Unidos (21 de enero), entre otros. Actualmente, en Mayo 2020, hay más de 2,5 millones de personas infectadas a lo largo y ancho de 206 países. Hay 34 países que no han notificado ningún caso, probablemente debido a la falta de transparencia por su situación política y económica. Los gobiernos de casi todos los países del mundo que sufren esta pandemia, han decidido cerrar el tráfico aéreo tanto en número como frecuencia, han cerrado sus fronteras a otros países, han reducido drásticamente el movimiento en vehículo de ciudad a ciudad, y actualmente más de 2/3 de la población mundial se halla confinada en sus hogares, para que la atención primaria de los hospitales no se sature, y de esta forma, los sistemas sanitarios puedan absorber de forma escalonada la llegada de enfermos, pudiendo atenderlos a todos y dándole las mejores atenciones médicas posibles. El resto de esta película ya la conocéis.

Paradójicamente, los resultados de esta pandemia a nivel medioambiental han dejado perplejos a muchos investigadores de todo el mundo.  Este confinamiento ha reducido las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero. En China durante la pandemia, se redujo hasta un 25% las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas, etc.). Para que os hagáis una idea del impacto de es esta reducción, supone un 6% de las emisiones de CO2 globales. Se ha calculado que ese 25% de reducción de emisiones en China en solamente 3 semanas corresponde con 150 millones de toneladas métricas de CO2, equivalente a las 3 semanas de confinamiento, lo que sería igual a la producción de emisiones de CO2 de la ciudad de Nueva York durante un año entero. Respecto a los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), gas contaminante debido a la combustión de los vehículos y la industria, los niveles en china cayeron en picado antes y después del Año Nuevo Chino.

Así que cabe preguntarse ¿qué efecto estará teniendo esta pandemia en España a nivel ambiental, y cómo estará afectando a la biodiversidad y a los ecosistemas naturales?

Datos sobre los niveles de las emisiones de NO2 en España, analizado por Elena Sánchez-García, investigadora del grupo LARS (Land and Atmosphere Remote Sensing) del departamento CTF-UPV (Centro de Tecnologías Físicas-U. Politecnológica de Valencia), utilizando las imágenes del satélite Copérnicus (misión Sentinel-5P) de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Datos sobre los niveles de las emisiones de NO2 en España, analizado por Elena Sánchez-García, investigadora del grupo LARS (Land and Atmosphere Remote Sensing) del departamento CTF-UPV (Centro de Tecnologías Físicas-U. Politecnológica de Valencia), utilizando las imágenes del satélite Copérnicus (misión Sentinel-5P) de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Para responder a esta pregunta nos iremos a las emisiones de NO2 analizadas a través de imágenes de satélite de la misión Sentinel-5P del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA), registradas entre los periodos anteriores (10-14 marzo 2020) y  posteriores (15 al 20 marzo 2020) al confinamiento. Este estudio está hecho por investigadores del Centro de Tecnologías Físicas la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). El resultado es sorprendente, habiendo una reducción del 64% de la contaminación en Barcelona y Madrid. Barcelona es la ciudad en la que más se ha reducido la emisión de este gas contaminante (en un 83%) y en Madrid desciende un 73% y en Valencia un 64%.

Ciervos Nara en Japón. Foto modificada de Jae C. Hong/AP.

Ciervos Nara en Japón. Foto modificada de Jae C. Hong/AP.

Hemos pasado de ser la especie más peligrosa para el planeta a ser casi inexistentes; pequeños gestos como dejar de tirar papeles al suelo, disminuir el uso de vehículos, el parón de la industria… Sin el ser humano en las calles, la fauna encuentra espacios libres de ruido, lo cual contribuye al desarrollo de ésta que antes era imposible por temor o bien por incapacidad de comunicación dados los excesivos niveles de contaminación acústica. La reducción de los gases de efecto invernadero, la mejora en la calidad del suelo y del agua, la bajada de las temperaturas, son algunos ejemplos de lo que observamos ante la cuarentena. Las poblaciones de seres vivos se autorregulan solas, pero ahora mismo lo están haciendo a corto plazo. En especial, los organismos de ecosistemas urbanos, que están volviendo a colonizar las ciudades, y que cada vez son más visibles. Algunos ejemplos se están viendo en la prensa a diario. Como la rata de alcantarilla es una de las especies en tomar la iniciativa de aprovechar las calles vacías; pero hay más ejemplos, como los cisnes en Venecia, el ganado en las playas de Bolonia, los zorros en Londres, los ciervos Nara en Japón, y los delfines en la Bahía de Cádiz.

Chernobyl (National Geographic).

Chernobyl (National Geographic).

Esta situación nos podría recordar a otros momentos de la historia donde ocurrieron grandes catástrofes seguidas por la ausencia del ser humano, como es el caso de Chernóbil. El accidente nuclear del 26 de abril de 1986, provocó la movilización de miles de personas que abandonaron dicha localidad, desapareciendo todo rastro de vida humana. Como fue de esperar, los primeros años fueron devastadores tanto para la fauna como para la flora por los altos niveles de radiación. Conforme pasó el tiempo, y los índices de radiación bajaron, los seres vivos encontraron un ecosistema idílico para vivir, apareciendo osos pardos (Ursus arctos) o el bisonte europeo (Bison bonasus). Ambas especies se aclimataron a las condiciones del medio logrando unos índices muy favorables de supervivencia y capacidad reproductiva. La flora también proliferó con gran éxito, como en el caso del Bosque Rojo, una de las zonas de mayor radiactividad del planeta, pero, con árboles como los pinos (Pinus sylvestris) que alcanzaron grandes dimensiones sin ser perjudicadas por la radiación.

La analogía entre ambas catástrofes definen claramente el impacto del ser humano sobre el medio ambiente, y la necesidad de que de cara al futuro, se tomen medidas mejores para paliar o reducir las emisiones, y dirigirnos hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, que al fin y al cabo es nuestro único hogar.

Coautor: Juan de Dios Franco Navarro.


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Autor Laura Manzanares Alaminos

Estudiante del grado en Biología por la Universidad de Sevilla.

Autor Juan de Dios Franco Navarro

Biólogo científico doctorando en IRNAS-CSIC, padre de dos preciosas niñas, y mecenas de #LaCafetera, #HiddenNature, #Astrobitacora y #NoviembreNocturno


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