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El intruso de mi casa

El intruso de mi casa

Lo siento, pero al abrir el frigo por las mañanas me imagino a los tomates diciéndoles a los limones, “no me gustan los nuevos inquilinos”. No hablo de las manzanas, sino del moho que aparece cada día en nuestras neveras. Si especificamos un poco más, de Rhizopus stolonifer. Es un hongo, y como todos, cuando hay buenas condiciones de humedad y temperatura, sumado a los nutrientes que dan los alimentos de los que disponen, hace que este ser vivo aparezca. Y digo aparezca porque en realidad está escondido. Cuando compramos la fruta, este hongo ya suele estar en estado latente, o está en nuestras casas esperando a infectar a nuevos amigos.

Se alimenta de frutas y hortalizas, pero pese a que no pueda tener a mano dichos productos, es capaz de sobrevivir largos periodos. Recibe el nombre del moho negro del pan, ya que también ataca a este alimento.

Imagen de un tomate infectado por dicho hongo. Podemos observar un gran desarrollo por las dimensiones que alcanza. Los puntos negros que se ven en la fotografía son los esporangios.

Imagen de un tomate infectado por dicho hongo. Podemos observar un gran desarrollo por las dimensiones que alcanza. Los puntos negros que se ven en la fotografía son los esporangios.

Una vez que este hongo entra en contacto con la fruta; la contaminación no es inmediata, ya que entonces no podríamos comerla. Pero pasados unos días, o incluso semanas, este hongo comienza a aflorar y empieza su ciclo reproductivo.

Una espora, es decir, una célula implicada en la reproducción, se sitúa sobre el alimento. Poco a poco se va formando el micelio, que es el cuerpo del hongo y el cual se forma por la unión de hifas, y se producen cuerpos fructíferos o los también llamados esporangios, que dan lugar a más esporas. Lo hacen en posición perpendicular al sustrato, recibiendo el nombre de hifas estolón. Una vez que estos se abren, dejan que se caigan al medio. La consecuencia es que se depositan sobre la superficie de la fruta y germinan, dando lugar a nuevos micelios y haciendo cada vez el hongo más grande. Todo este fenómeno, se produce por mitosis: las células se van dividiendo siendo iguales entre ellas, por lo que diremos que es reproducción asexual.

Sin embargo, este proceso no acaba aquí. Se puede producir una reproducción sexual. Al igual que nosotros tenemos dos sexos en nuestra especie, masculino y femenino, algo muy parecido pasa con los hongos. Esta especie posee micelios que pueden ser + y otros -. Cuando dos micelios de distinto signo se juntan, dan lugar a este tipo de reproducción. Las hifas de ambos micelios se van acercando, y al producirse el contacto entre ellos, se produce una estimulación hormonal. Esto hace que cada micelio desarrolle un zigóforo; una estructura muy importante en este ciclo debido a que posteriormente origina los gametangios. Como bien dice la palabra, es como si lo comparásemos con los gametos de nuestros padres antes de que nazcamos. Los gametangios + y los gametangios – se fusionan de dos en dos y terminan dando lugar a una única célula que contiene una mezcla de material genético de ambos gametangios. Cuando hay una cantidad razonable de células así, se habla de cigoto de resistencia. Esto recibe el nombre de zigospora.

Este ciclo no valdría de nada si este proceso sufre daños, y es por eso, por lo que se recubre con una pared dura y rugosa llamada zigosporangio. Esta capa la protege y mientras se encuentra en estado latente, pero cuando las condiciones son favorables, como las que tenemos en nuestros frigoríficos, los núcleos de las células que hay dentro sufren meiosis. El material genético se combina de tal manera que, por cada núcleo formado por dos gametangios de signo contrario, aparezcan cuatro con una carga genética diferente a la de los padres, es decir, pudiendo ser + o -. Pero solo una de las cuatro será utilizada en la reproducción. Después, la pared de esta estructura que le da resistencia, se rompe y emerge el esporangióforo a partir de la zigospora. Esto lo que hace es dar lugar finalmente al esporangio, que como ya hemos comentado antes, su función consiste en liberar esporas nuevas a la superficie de la fruta. Pueden ser + o -, por lo que origina micelios con el mismo signo que tiene la espora que lo hace germinar.

Fotografía de Rhizopus stolonifer vista al microscopio. Lo que podemos observar como puntos más oscuros son los esporangios.

Fotografía de Rhizopus stolonifer vista al microscopio. Lo que podemos observar como puntos más oscuros son los esporangios.

Una vez que las esporas son vertidas al sustrato, se inicia un nuevo ciclo reproductivo igual al explicado anteriormente. En general, los hongos presentan dos tipos de reproducción, sexual y asexual, pero la finalidad de ambas es hacer que el hongo crezca y se siga reproduciendo hasta reinar nuestra nevera.

El moho solo afecta al alimento por el lugar donde se sitúan las esporas, pero si este ser vivo no es limpiado, terminará afectando al resto de alimentos.


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Autor Laura Manzanares Alaminos

Estudiante del grado en Biología por la Universidad de Sevilla.


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