954 09 75 24    revista@hidden-nature.com

Las lagunas temporales, hábitats de especies peculiares

Las lagunas temporales, hábitats de especies peculiares

Las lagunas temporales son hábitats acuáticos que sufren recurrentemente fases de desecación. La gran diferencia de estos medios, comparados con los de aguas permanentes, es que albergan especies singulares que, siendo acuáticas, son capaces de resistir los periodos secos; o bien que sus ciclos de vida incluyen una fase acuática y otra terrestre, como ocurre por ejemplo con los anfibios o las libélulas.

Las lagunas temporales son muy variables, pueden ocupar amplias o reducidas superficies, pero, en general, no suelen ser profundas. Durante muchos años han sido “invisibles” y menospreciadas como hábitats de especies acuáticas, y se ha tendido a transformarlas o desecarlas, afectando con ello a las interesantes especies que albergan. En ellas no suelen encontrarse los grandes depredadores de los medios acuáticos permanentes, los peces, por lo que las especies que las utilizan para reproducirse se benefician de la menor presión de depredación para su prole, convirtiéndose en los principales hábitats de reproducción de la mayoría de los anfibios ibéricos. Uno de los casos más representativos es el del sapo corredor o el del sapillo pintojo ibérico, cuyas larvas pueden desarrollarse en cortos periodos de tiempo (1-2 meses como mínimo) y viven en lagunas muy temporales, en las que están libres de un gran número de depredadores acuáticos.

Sapo corredor (autora: Pilar Fernández Díaz)

Sapo corredor (autora: Pilar Fernández Díaz)

 

En particular, las lagunas temporales mediterráneas tienen además la característica de ser enormemente impredecibles. La fase inundada de estas lagunas depende estrechamente de cuándo se producen las grandes precipitaciones cada año. Puesto que en las áreas de clima mediterráneo las lluvias son muy variables de un año a otro, también es muy variable el momento en el que se produce la inundación de las lagunas, mientras que la fase seca suele coincidir con el verano. La inundación de las lagunas puede ocurrir en otoño, invierno o primavera. Asimismo, dependiendo de las cantidades de agua caídas, unos años se secarán antes y otros más tarde, o incluso algunas pueden permanecer con agua en los veranos de años muy lluviosos. Actualmente, se reconoce internacionalmente la importancia de estas lagunas como hábitats de un gran número de especies raras y amenazadas, por lo que se consideran hábitats prioritarios de la Unión Europea, por el valor que tienen para la conservación de la biodiversidad.

La fauna y flora acuáticas de este tipo de lagunas ajusta sus ciclos anuales a la impredecibilidad de estos hábitats. Por ejemplo, en los anfibios observamos una segregación temporal en las distintas especies que se reproducen en ellas. Algunas depositan sus huevos inmediatamente después de que se produzca la inundación de las lagunas, como el sapo de espuelas. Con ello consiguen que sus larvas utilicen estos hábitats durante el mayor tiempo posible, y en años en que la inundación se inicia en otoño, desarrollan su fase larvaria durante nueve o diez meses, con escasa competencia con otras especies de anfibios en los primeros meses, alcanzando además un gran tamaño corporal al final de la metamorfosis. Otras especies, sin embargo, inician su reproducción después de que han pasado los periodos más fríos, y sus larvas no necesitan tan largos periodos de desarrollo pues no suelen alcanzar tan grandes tamaños. Cuando la fase de inundación es corta, como ocurre en años poco lluviosos o cuando las lluvias llegan al final del invierno o en primavera, son las especies de corto desarrollo larvario, como el sapo corredor, las que tienen mayor éxito, pues sus larvas pueden completar la metamorfosis en charcas efímeras y someras. Aunque en general las larvas de anfibios son capaces de acelerar su desarrollo ante la amenaza de la desecación, no es raro observar en los años más secos grandes mortalidades de larvas de sapos de espuelas a los que no les ha dado tiempo a completar el desarrollo. En definitiva, unas especies se ven favorecidas unos años, y otras en otro tipo de años, con lo que podemos afirmar que, a largo plazo, la gran variabilidad interanual de estos medios está favoreciendo a toda la comunidad de anfibios, y no solo a determinadas especies.

Laguna de Doñana durante su fase inundada y seca (autora: C. Díaz-Paniagua)

Laguna de Doñana durante su fase inundada y seca (autora: C. Díaz-Paniagua)

  

Uno de los sistemas de lagunas temporales más importantes de Europa lo encontramos en el Parque Nacional de Doñana, donde se han cartografiado más de 3.000 lagunas temporales. Su importancia se debe a la gran abundancia de lagunas, la conectividad que presentan, su gran variabilidad en cuanto a extensión, profundidad, etc. Y especialmente en cuanto a su hidroperiodo (duración de la fase acuática) que permite albergar a especies con distintos requerimientos en cuanto a la duración de su ciclo acuático anual. Además, es un sistema natural, con un suelo arenoso muy permeable que permite la inundación anual cuando la capa freática se eleva al recargarse cada año, con las lluvias, el acuífero sobre el que se encuentran. La variabilidad interanual que confiere el clima mediterráneo garantiza, además, la dinámica temporal que favorece la conservación, tanto de los anfibios, como de otros grupos importantes que también dependen de la variabilidad de estos medios: odonatos, coleópteros, heterópteros, dípteros, grandes branquiópodos e incluso un gran número de especies de zooplancton. Precisamente, la gran abundancia y heterogeneidad del sistema de lagunas de Doñana hace que se considere un lugar ejemplar para la conservación de los anfibios, que aquí alcanzan gran riqueza y abundancia, así como de los otros grupos y también de las plantas acuáticas, ya que para algunas constituye el lugar más meridional, y aislado, de su área de distribución.

Para las especies que requieren este tipo de medios temporales, su principal amenaza es la desecación de sus hábitats. En el caso del sistema de lagunas de Doñana, su conservación depende sobre todo de la explotación a la que está sometido el acuífero sobre el que se encuentra. Las grandes extensiones de campos de cultivos que se riegan con aguas del acuífero y las extracciones que se hacen para el abastecimiento de determinados núcleos urbanos en los alrededores del parque han ido causando un creciente descenso de los niveles de las aguas subterráneas, que cada vez están más profundas. Como consecuencia de ello, se detecta en la actualidad un acortamiento de la fase de inundación de las lagunas, así como la desecación de lagunas importantes, afectando también a su biodiversidad.


¡Aviso! Hidden Nature no se hace responsable de la precisión de las noticias publicadas realizadas por colaboradores o instituciones, ni de ninguno de los usos que se le dé a esta información.


Los artículos de la revista Hidden Nature en formato digital, cuentan con el ISSN 2531-0178. Si quieres participar con tus artículos de divulgación científica en nuestra revista, escríbenos a revista@hidden-nature.com