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Marie Tharp: La pintora de océanos

Marie Tharp: La pintora de océanos

Llanuras abisales, dorsales oceánicas, volcanes, etc. Todos forman parte de la inmensidad del fondo oceánico pero, ¿cómo se descubrió? ¿Quién fue el primero en describir cómo y dónde se unían las piezas de este puzzle submarino? Para responder estas preguntas te presentaré a la oceanógrafa Marie Tharp (1920 – 2006).

La historia de esta científica comienza en Michigan (EE.UU.), hija de un topógrafo del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y apasionada desde niña de la literatura, la cual fue su primera opción de estudio. Este objetivo pronto se vio frustrado al ser rechazada en la universidad por ser mujer. Con el inicio de la II Guerra Mundial, el número de hombres enviados al frente fue tan elevado que a las mujeres se les animó a ejercer lo que para la época eran conocidos como “oficios masculinos”. Curiosamente, gracias a este gesto machista, Tharp se graduó en Geología por la Universidad de Michigan en 1944.

Marie Tharp y Bruce Heezen analizando el mapa mundial del fondo marino creado por ellos. Foto de: Marie Tharp Maps LLC.

Marie Tharp y Bruce Heezen analizando el mapa mundial del fondo marino creado por ellos. Foto de: Marie Tharp Maps LLC.

Tras un pequeño, y según ella poco estimulante, periodo de tiempo en la empresa Stanolind Oil, decidió ampliar sus conocimientos graduándose en Matemáticas por la Universidad de Tulsa pocos años después.

¿Sabes dibujar?” – Fue a la única pregunta que tuvo que responder esta científica para comenzar a trabajar en el Laboratorio Geológico de Lamont en Nueva York, hoy conocido como Observatorio Geológico Lamont-Doherty. Inteligencia, destreza y perfeccionismo, fueron tres de los valores que permitieron a Tharp pasar de ser una simple ayudante, a una pieza fundamental en numerosos proyectos realizados junto al geólogo Bruce C. Heezen.

Durante la Guerra Fría, el gran presupuesto dotado por el gobierno de los Estados Unidos para estudiar el fondo marino, impulsó la carrera de estos dos investigadores. Debido a que en esta época las mujeres tenían prohibido formar parte de la tripulación de barcos oceanográficos, Tharp tuvo que quedarse en tierra mientras Heezen partía al mar. A lo largo de este periodo, Tharp se encargó de traducir los datos del sonar en un mapa hecho a mano.

El Océano Atlántico Norte fue primer océano de estudio al ser el más conocido, publicando su mapa en 1957. A la complejidad de este trabajo se sumó un inesperado descubrimiento que llamó por completo la atención de Marie Tharp, una línea dorsal en medio del océano, quizá la grieta más grande que había visto jamás: había descubierto el Rift. Heezen no salía de su incredulidad, tardando casi un año en creerle. Lo que Tharp le presentaba era la prueba definitiva que corroboraba la Teoría de la Deriva Continental de Wegener.

En este punto de la historia, quizás es necesario presentar a otro de los personajes fundamentales: Alfred Wegener (1880 – 1930). Este meteorólogo alemán defendía la existencia de un primitivo “supercontinente” llamado Pangea, que comenzaría a dividirse hace aproximadamente unos 200 millones de años, en la era Pérmica. Según él, América se separaría hacia el Oeste, alejándose así de la gigante masa continental euroasiática y formándose entre ellos el Océano Atlántico. Australia se desplazaría hacia el Norte y la India, por otro lado, se alejaría de África. Posteriormente, Noruega se distanciaría de Groenlandia, dejando pequeños archipiélagos a la deriva, hoy conocidos como Japón y Filipinas. Esta innovadora teoría desterraba por completo las viejas interpretaciones fijistas, en la que los continentes eran considerados masas inalterables encima del agua.

Numerosas expediciones siguieron tras esta, publicando en 1961 un mapa del Océano Atlántico Sur y en 1964 el del Océano Índico. La existencia de relieves marinos incluso aún más elevados que los que había en la superficie, fue todo un hallazgo científico. La obra de estos dos investigadores culminó con la publicación de un mapa mundial del fondo oceánico en 1977, coincidiendo con la muerte de Heezen. Junto al artista y paisajista Heinrich Bernat, crearon un sistema de colores para representar los mapas: azul para las llanuras abisales, violeta para las dorsales oceánicas y rojo para las zonas volcánicas. Dicho minucioso trabajo revolucionó este campo de la ciencia.

Como la propia Marie Tharp expresó en una entrevista en 1999:

“Yo tenía un lienzo en blanco para llenar con extraordinarias posibilidades, un rompecabezas fascinante para armar. Eso era una vez en la vida, una vez en la historia del mundo. Fue una oportunidad única para cualquier persona, especialmente para una mujer en la década de 1940”<

Aunque tuvieron que pasar casi veinte años para que su trabajo comenzase a ser valorado, a día de hoy, Marie Tharp, puede considerarse una de las mayores especialistas en cartografía oceanográfica de la historia. Por primera vez, el fondo marino quedaba al descubierto como si del fondo de una pecera de cristal se tratase.


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Autor Claudia López-Morago Casamayor

Licenciada en Biología y doctora en Antropología Física. Hace años decidí centrar mi carrera en la divulgación científica, algo que me apasiona.


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